Magdalenas o pastel de zanahoria

Esta receta la he utilizado tanto para hacer magdalenas como para hacer bizcochos, y en ambos casos el resultado es buenísimo.

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MI pan sin gluten

 Tras probar distintas recetas y alcanzar un cierto conocimiento sobre las harinas, acabé haciendo esta receta "de mi cosecha", que no es más que el resultado de las recetas que he probado y los consejos que he leído.
Para mí el formato más cómodo son los bollitos, pues así hago grandes cantidades y los congelo, y cuando quiero usarlos sólo tengo que sacar uno y descongelarlo en el microondas. ¡Quedan como recién hechos!.

INGREDIENTES

200 grs. de Harina Carreour (o Proceli, es la misma)
200ml de agua
14 grs. de levadura
1 "vasito" de semillas molidas Linwoods *
50 grs. harina mandioca (o almidón)
pizca de sal
chorrito de miel
chorrito de aceite



Mezclar todos los líquidos bien. Incorporar primero la harina de mandioca, después las semillas y por último incorporamos poco a poco la harina. Se puede hacer a mano (amasando con una cuchara), aunque con amasadora queda genial (y en panificadora también).

Una vez mezclado todo lo ponemos en un lugar cálido a levar durante una hora. Puede ser el horno, pero no debemos calentarlo en exceso, la levadura muere por encima de 40º.

Pasada la hora, podemos dar forma a los bollitos. Mientras lo hacemos precalentamos el horno a 180º, con las placas de arriba y abajo y el ventilador.

Como la masa es pegajosa, yo para dar forma a los bollitos usaba o bien una cuchara o bien un cucharón especial de helado, mojándolo cada vez antes de cojer la masa. En una bandeja de horno ponemos papel especial, y vamos echando cucharadas, dejando suficiente espacio entre ellas. Cuando ya esté toda la masa repartida, nos mojamos las manos con aceite, y acabamos de dar forma a los bollitos, sin sacarlos de la bandeja apretarlos, sólo los moldeamos suavemente con los dedos. El usar aceite hará que los bollitos tengan mejor color.

Hornear media hora (ojito con los hornos viejillos, los tiempos pueden variar). Los sacamos y los ponemos sobre una rejilla a enfriar.

¡A disfrutar del pan!


* Respecto a las semillas, yo utilizo dos distintas, ambas de la marca Lindwoods: Semillas de lino y bayas de goji molidos y Semillas de lino, calabaza y girasol molido. Evidentemente se puede utilizar cualquier combinación de semillas molidas, o no usar ninguna, aunque el pan gana mucho con las semillas.
Respecto a la medida en lugar del peso, el motivo es que compré una bolsita y como caduca pronto la repartí en botes de congelación de leche materna, los congelé y los saco para hacer el pan; nunca los he pesado porque la cantidad me va bien, de ahí que no sepa el peso. Se puede calcular facilmente con cualquier vaso medidor, rellenando hasta llegar a la marca de 50ml, que es la capacidad de mis botes :)

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Mil y un panes sin gluten

La primera vez que me explicaron en qué consistía la dieta sin gluten me pareció que se podía llevar perfectamente sin notar diferencia. Desde luego el tener que revisar todos los alimentos procesados era un engorro y un buen trabajo, pero por suerte los grandes supermercados empiezan a etiquetar todo lo "sin gluten", facilitándonos la vida.

 Luego te das cuenta de que no podrás comprar galletas, ni pizzas... lo cual no es para nada grave, porque son productos poco recomendables.  Tampoco podrás tomar los cereales que desayunabas todas las mañanas... "Seguro que encuentro otra alternativa, y sino puedo tomar pan". Eso pensaba... hasta que probé el pan. El pan sin gluten que se vende envasado es, directamente, incomible para mí. Adoro el pan, en todos sus formatos, variedades y gustos. En barra o bollo, con miga gruesa, fina, mucha corteza o poca, de mezcla, de maíz, de trigo... todos ellos. Y eso que venden en las tiendas no se parecía ni remotamente a ninguno de los que yo había probado en mis 35 años, ni a los más malos. Así que ahí comenzó mi cruzada por encontrar un pan sin gluten que verdaderamente me gustara. No buscaba un sabor especial, buscaba que me gustara, igual que me gustaron los muchos panes con gluten que he probado a lo largo de mi vida, cada uno con sus características y sus peculiaridades.

Y es que el pan puede llegar a ser ese enemigo que te estropee el día. Algo tan aparentemente carente de importancia, algo que has evitado durante años para mantener la línea... de repente se convierte en imprescindible. Quizás porque el pan está tan presente en nuestro día a día que el no poder comer pan "como todo el mundo" te hace sentir especialmente diferente.

Fueron muchas las personas que, directamente con sus consejos, o indirectamente con sus mensajes en foros o sus entradas en blogs, me han ayudado a conseguir un buen pan sin gluten. O mejor dicho, muchos buenos panes sin gluten. Porque gracias a esas personas, a sus experiencias, explicaciones y recetas he podido ir probando distintos panes que me han ido gustando.

Por eso inicio hoy este blog. Porque se pueden hacer muchos, muchos tipos de panes sin gluten. Así que quiero juntarlos todos en una página, para que la próxima vez que alguien, desanimado por el esperpento panero que acaba de probar, busque cómo hacer pan sin gluten, en primer lugar vea que tiene tantas opciones de pan sin gluten como las hay de pan con gluten... y ojalá encuentre esa receta que se parece al concepto de pan que su paladar prefiere.

Bienvenidos seais, y gracias por venir a mi humilde "panadería".

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